A principios de la temporada de 1946 el magnate veracruzano Jorge Pasquel estuvo a un tris de cambiar el futuro de las Ligas Mayores,
sobre todo el de los Yanquis de Nueva York. A principios de esa temporada, la
primera después de la segunda guerra mundial,
Phil Rizzuto acababa de regresar de tres años en la marina y no sabía a
ciencia cierta si sus habilidades para el Beisbol habían declinado o terminado.
Los Yanquis le estaban pagando a su shortstop titular solamente cinco mil
dólares por la temporada cuando se le acercó Bernardo Pasquel, el hermano
mayor de don Jorge, y le ofreció un salario
que era imposible de pasar por alto.
Le ofreció un bono de 15,000 dólares y cinco temporadas de 12,5000 dólares
cada una, de 1946 a 1950, por lo que después de consultarlo con su guapa esposa
Cora estaban decididos a ir por el dinero de Pasquel.
Don Bernardo Pasquel invitó a Rizzuto y su esposa al famoso hotel Waldorf Astoria,
al hermoso restaurante en la parte más alta y en donde hay un techo pnitado con
la luna y las estrellas. Fue en un menú del Walodorf Astoria que Rizzuto firmó su acuerdo con los Pasquel y el bono de 15,000
dólares lo estaría esperando al llegar a México.
En una de sus biografías explica que estaba decidido a ir a México acompañado
de George Steirnweiss que era su compañero de dobles matanzas en la segunda base con los Yanquis.
Sin embargo y en el transcurso de la
cena y al calor de las copas, don Bernardo se entusiasmó tanto que le contó la
ocasión que u hermano Jorge tuvo que matar en defensa propia a un enemigo que
le había disparado y trataba de rematarlo. Ese episodio sucedió en Nuevo Laredo
y toda la ciudad supo del incidente y es que en la frontera tenía don Jorge la parte
principal de su negocio de Agencia Aduanal después de la ciudad de México.
Relata en su libro que don Bernardo
incluso se tiró al suelo como si llevara una pistola en la mano para indicar la manera como tuvo que
reaccionar tirado al ser herido por el disparo del la persona que deseaba asesinarlo.
El caso es que cuando regresaron a su casa, Rizzuo y esposa cambiaron de parecer
después de haber escuchado el relato de la manera que Jorge Pasquel salvó su
vida, Se asustaron mucho al pensar que en México podría haber mucha violencia y
decidieron perderse de tantos miles de dólares que ofrecía Pasquel.
Los Yanquis se habían enterado de las posibilidades perder a su
estrella de las paradas cortas y en la mañana siguiente el gerente George Weiss
y el manager Joe McCarthy fueron a su casa para ofrecerle más dinero del que
estaban pagándole y asegurarse que no los iba a deja para ir a la Liga Mexicana como ya habían
hecho jugadores de otros equipos. Y al no irse Rizzuto, el segunda base Stirnweiss
decidió cancelar su ida igualmente. Desde que los Yanquis jugaron en Panamá, un
empleado de Pasquel habló con Rizzuto y Stirnweiss
con las muy buenas ofertas.
El caso es que al quedarse Rizzuto con los Yanquis al igual que Stirnweiss,
los dos tuvieron muy buenas temporadas y los Yanquis ganaron el campeonato de
1947 y muchos más, siendo parte el pequeño shortstop de cinco títulos seguidos
de 1949 a 1953, siendo elegido en 1950 el jugador Más Valioso de la Liga Americana.
En el libro en que Ted Williams relata su vida beisbolera indica que la
gran diferencia entre los Medias Rojas y
Yanquis en aquellos años estaba en Rizzuto ya que Boston no tuvo el shortstop
que hiciera las jugadas y fuera la bujía del tim como lo fue en el caso del
torpedero yanqui.
Sin Rizzuto es posible que los Yanquis no hubieran ganado tantos
campeonatos en su carrera que duró hasta que en 1956 lo quitaron del equipo
cuando ya había declinado y para que entrara en su lugar el veterano jardinero
Enos Slaughter que ayudó a Yanquis a otro campeonato y a otra Serie Mundial
ganada.
Si Rizzuto hubiera venido a México no habría sido el
egido al Salón dela Fama de Cooperstown y tampoco
hubiera sido invitado a formar parte del grupo de cronistas que estaban en el
radio y la televisión de Yanquis hasta que al cumplir los 79 años decidió retirarse. Después de su
gran campaña de 1950 firmó un contrato de 50,000 dólares con los Yanquis, una cantidad parecida a la que le ofreció Pasquel pero en cinco temporadas. En 1950, su
mejor campaña, bateó .324 con siete jonrones y 66 carreras empujadas, teniendo
287 chances seguidos sin cometer error.
egido al Salón de
Pasquel no cumplió los contratos con los jugadores que trajo a la Liga Mexicana en su guerra contra las Ligas Mayores
y la mayoría de esos peloteros ya no volvieron
a México cuando rebajó los sueldos para la temporada de 1948.
Es increíble como la historia puede cambiar en unos minutos y muchas cosas habrían sido
diferentes si don Bernardo Pasquel no cuenta la historia de la noche en que don
Jorge se vio obligado a matar a una persona que lo quería asesinar.
Desechar 65,000 dólares en 1946 lució como una locura pero fue lo mejor que pudo hacer Rizzuto,
quien falleció en el 2007. Ya en 1985 los Yanquis retiraron su número 10 y
pusieron una placa en el parque de los
monumentos a Phil Rizzuto.
Jerry Coleman, que fue su compañero como segunda base al principio de los años de
Casey Stengel, lo calificó como uno de los mejores shorstops que vio en su vida,
colocando a Ozzie Smith y Luis Aparicio
como los otros dos que se podían comparar con él.
Las generaciones que no lo vieron jugar con aquellos Yanquis campeones
lo escucharon en los juegos de la televisión
del equipo de Nueva York, teniendo como compañeros a Bill White y Tom Seaver
entre otros, aunque al comenzar su carrera de narrador acompañó a los geniales
Mel Allen y Red Barber que eran los mejores de su tiempo.
Estuvo en nueve Series Mundiales
de 1941 a 1955, ganando Yanquis siete de ellas. Todo esto no habría sucedido si
él y su esposa no cambian su manera de pensar en aquella noche en la lujosa cena
del Hotel Waldorf Astoria. Y en lugar de Parque Delta y Azules del Veracruz siguió siendo para Rizzuto el Yanqui Stadium y los
Yanquis de Nueva York.